No me repetiré, porque no soy de quejarme, no me gusta. Y, sobre todo, porque Ella sabe.
Sabe de mis caídas y de lo difícil que me está resultando levantarme... aunque para algunos esto sea incomprensible, o ni siquiera se lo crean. Sabe de mis lágrimas en soledad, porque no hay caso que aprenda a dejarme arropar... aunque no pierda las esperanzas que depositó en mí. Nunca ha abandonado lo de cuidarme, aún a la distancia, en respetuoso silencio... observa cómo me lamo las heridas y espera. Espera que me ponga en pie solita, porque sabe que no aceptaría ningún otro modo.
Por esto y más, muchísimo más -tanto que no me alcanzaría el espacio- hoy no podía faltar mi pequeño reconocimiento, mi modo de decirle: ¡Feliz cumpleaños!
Te quiero muchísimo, Ale... lo mejor es y será siempre poco para vos.
Te abrazo con el alma.
Por esto y más, muchísimo más -tanto que no me alcanzaría el espacio- hoy no podía faltar mi pequeño reconocimiento, mi modo de decirle: ¡Feliz cumpleaños!
Te quiero muchísimo, Ale... lo mejor es y será siempre poco para vos.
Te abrazo con el alma.
