"Tu amor por otra persona es tuyo. Te pertenece a ti.
Si la otra persona lo rechaza, sólo está perdiendo ese amor tuyo.
Lo que tú das, es tuyo para siempre.
Lo que tú guardas, se pierde para siempre."
("El Sr. Ibrahim y las flores del Corán" de François Dupeyron)
En estos días he pensado a las relaciones que 'elegimos', llámese amistad, amor o el título que quieras ponerle. O hasta con quien nos "ha tocado", es decir, con la misma familia. Y me pregunté, ¿nos acercamos a quienes nos parecemos?; ¿buscamos sólo coincidencias o que el otro complemente, complete aquello que nosotros no somos? Yo creo que los mejores seres son aquellos que nos aportan, que nos hacen crecer... y fue en medio a todas estas cosas que recordé la película que hoy les traigo.
Ésta es la historia de Momo (Pierre Boulanger), un joven adolescente hebreo que vive en un barrio de la perifería de París de los años '60, junto a un padre ausente y que, las pocas veces que está, no se llevan muy bien que digamos. Es en este momento de 'crisis adolescencial' que nace una amistad con el Sr. Ibrahim (Omar Sharif), el dueño de una de las tiendas del barrio, que es de orígenes árabes. Momo representa las contradicciones propias de la edad; del deseo y lo política y socialmente correcto. En cambio, el Sr. Ibrahim es la sabiduría de los años y la experiencia. Y juntos, juntos muestran el nacer de una amistad que día a día se hace más fuerte; donde ambos, a pesar de las diferencias generacionales y culturales, aprenden uno del otro.
No sé si será una 'gran película' pero que a mí me ha encantado es seguro, y por ello es que te invito a verla si aún no lo has hecho.
Ésta es la historia de Momo (Pierre Boulanger), un joven adolescente hebreo que vive en un barrio de la perifería de París de los años '60, junto a un padre ausente y que, las pocas veces que está, no se llevan muy bien que digamos. Es en este momento de 'crisis adolescencial' que nace una amistad con el Sr. Ibrahim (Omar Sharif), el dueño de una de las tiendas del barrio, que es de orígenes árabes. Momo representa las contradicciones propias de la edad; del deseo y lo política y socialmente correcto. En cambio, el Sr. Ibrahim es la sabiduría de los años y la experiencia. Y juntos, juntos muestran el nacer de una amistad que día a día se hace más fuerte; donde ambos, a pesar de las diferencias generacionales y culturales, aprenden uno del otro.
No sé si será una 'gran película' pero que a mí me ha encantado es seguro, y por ello es que te invito a verla si aún no lo has hecho.