miércoles, 15 de enero de 2020

"Star wars: Episodio IX"


Y sí, cedí a la tentación de ir al cine a ver el noveno y último (así lo espero) episodio de esta saga. ¿Por qué digo que cedí? ...porque no he ido con la ansiedad y las ganas que espero y me gusta provoque una nueva película en mí. Esa fue la lamentable y sincera realidad.

Amé esta saga. Mejor dicho: amo esta saga; pero la última trilogía ni la cuento. Vayamos desde el inicio...

Tal vez, como muchos de los de mi generación, conocí el universo de "Star Wars" en el verano argentino de 1984, con "El regreso del Jedi". Y fue un flechazo, amor a primera vista. Para abril de ese mismo año, en mi octavo cumpleaños, mi papá proyectó en Super8 el episodio anterior: "El Imperio contraataca". Nunca más dejé de interesarme sobre estas más que famosas 'Guerras Estelares'; mi primo y hermano tenían los muñequitos, y yo moría por ser aquella Princesa Leia (Carrie Fisher)... si alguna vez he deseado ser una princesa, seguro fue a ser como ella que aspiraba. Y hasta acá estábamos hechos.

Entonces llegó julio de 1999 y con él el estreno de un nuevo capítulo de la historia: "La amenaza fantasma". Este sería, de ahora en más, el episodio I de la nueva trilogía de 'precuelas' y de la completa saga. Y esperé... esperé los tres años que tardó en estrenarse el episodio II: "El ataque de los clones"; y otros tres años más para el episodio III: "La venganza de los Sith". No me averguenza decir que me emocioné, las películas estaban no sólo bien escritas y pensadas, sino que ahora tenían todo el máximo -creo- de efectos especiales. Esta nueva trilogía me traía tantos recuerdos, hacía que volviera a mi infancia y estuviese allí, transcurriendo momentos ya lejanos y casi olvidados. Y hasta acá me ponía de pie y aplaudía... lo hacía a la creatividad de la trilogía original y a la genialidad de esta segunda trilogía casi veinte años después.

Pero, parece que tampoco en la industria del cine nada alcanza, y en diciembre de 2015 apareció finalmente el episodio VII: "El despertar de la Fuerza". Dos años después, diciembre de 2017 fue el momento del episodio VIII: "Los últimos Jedi". Y finalmente, el pasado diciembre, 2019, el episodio IX (y repito, espero el último): "El ascenso de Skywalker"...

Es verdad que esta última ha sido, tal vez, la menos mala (siempre y cuando esto sea un bien en sí mismo). Quizás, como en el episodio VIII se intentó cortar con el pasado para que los verdaderos y únicos protagonistas sean Rey (Daisy Ridley) y Kylo Ren (Adam Driver), y esto lo único que produjo fue un gran rechazo en casi toda la comunidad de fans de "Star Wars" de alrededor del mundo; se decidió buscar nuevamente a J. J. Abrams para que realice una especie de reconciliación entre trilogías, haciendo del pasaje generacional el tema principal de la película.

Se ve a esta joven Rey luchando por ser la digna heredera del legendario Jedi Luke Skywalker (Mark Hamill); y a un Kylo Ren que está dispuesto a cualquier cosa para estar a la altura del mito de su abuelo, Darth Vader (David Prowse). Pero ninguno, ni estos dos personajes ni ninguno 'nuevo', escapa a la inevitable comparación con los orígenes; y entonces, la pregunta que queda flotando en el aire es: ¿era necesaria esta trilogía?, ¿ha agregado algo realmente significativo a la historia? ...y temo que mi respuesta sea no. Rotundo. Porque volvemos a lo dicho al inicio, la creatividad de la trilogía original aún hoy deja a boca abierta, por la trama, por la invención de nuevas galaxias, nuevos idiomas, nuevos seres vivientes, nuevo el conjunto. La genialidad de 'explicar' el inicio de todo casi veinte años después, es algo para aplaudir hasta que te duelan las manos. Pero esta última trilogía es totalmente prescindible. Y seguramente, tanto ella como sus nuevos personajes, no pasará a la inmortalidad como lo hizo aquella original de fines de los años '70. Porque encima, como es obvio en los tiempos que corren, nada está cerrado del todo aunque parezca, y esta película cierra una historia milenaria, pero a la vez deja una pequeña rendija para volver en caso de necesidad (de recaudación, entiéndase).

En fin, que ir al cine la semana pasada fue una cuestión puramente sentimental; porque por sobre todas las cosas, aún sabiendo lo que iba a encontrarme y que no quedaría satisfecha en general, necesitaba ver por última vez a esos personajes que tanto he amado: Luke Skywalker, la Princesa Leia, Han Solo, Chewbacca, R2-D2 y CP3O, y así yo cerrar un ciclo.