Yo tengo unos amigos que sistemáticamente olvidan mi cumpleaños... pero que me llaman un día cualquiera sólo para decirme que me aman y que están conmigo a pesar de la distancia.
Yo tengo unos amigos que tal vez no sepan cuál es mi prenda de vestir favorita... pero que son capaces de pasarse días enteros cosiendo las mejores galas para acompañarme en una noche especial.
Yo tengo unos amigos con los que nos separan una generación... pero que su amor ha sabido superar todo tipo de brecha y son de esas amig@s a veces herman@s, a veces madres.
Yo tengo unos amigos a los que les da vergüenza las demostraciones de afecto... pero que luego son capaces de hacer kilómetros y kilómetros sólo para compartir un café y darme un enorme abrazo.
Yo tengo unos amigos a los cuales no les gustan ni necesitan la etiqueta de "amigo"... pero que no dejan pasar un sólo día sin un "buenos días, ¿cómo estás hoy?".
Yo tengo unos amigos con los cuales no empezamos "bien"... pero ya lo dice el dicho: "no hay mal que por bien no venga", y nunca dejaré de agradecer la generosidad de su alma y su fe.
Yo tengo unos amigos con los cuales no empezamos "bien"... pero ya lo dice el dicho: "no hay mal que por bien no venga", y nunca dejaré de agradecer la generosidad de su alma y su fe.
Yo tengo unos amigos... únicos... irremplazables... que no necesitan que los nombre, porque saben cuánto valen para mí, saben de mi lealtad hacia ellos, saben que siempre podrán contar conmigo...