"(...)
Dicen que el tramo ferroviario entre Viena y Venecia fue construido antes que hubiese un tren que pudiera recorrerlo. Lo construyeron igualmente; sabían que un día el tren habría llegado.
Circunstancias fortuitas, o la casualidad, hubieran podido llevarme a otro lugar, y yo no estaría aquí y sería diferente...
¿Qué cosa son en realidad cuatro paredes? Son aquello que contienen... la casa protege al soñador. Nunca es demasiado tarde para que ocurran cosas de imprevista belleza... cosas que te sorprenden.
(...)"
("Sotto il sole della Toscana", de Audrey Wells)
Una película simple, tal vez demasiado. Pero ésta, que se estrenó en Italia el mismo día que yo llegaba aquí para comenzar una nueva vida, es una de las primeras que ví sin necesidad de subtítulos ni nada.
Una película estadounidense donde una joven escritora, Frances Mayes (Diane Lane) cae en un gran estado depresivo luego de su divorcio. Situación que le provoca un bloqueo y no logra a escribir. Por lo que su mejor amiga le regala un viaje a Italia, más precisamente a recorrer la zona de la Toscana.
Allí ella encontrará una villa, una finca, de la que se enamorará a pesar de estar prácticamente en ruinas. La comprará y comenzará a reformarla, restaurarla y, de ese modo, cambiar su vida totalmente. Y cuando crees que todo está dicho... la vida puede sorprenderte.