Cuando lo prometido -por otro-, es deuda.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0A2JmlDFDcLtuMSuQ2r-KWNhr5wRfh8QW5CeL4rdqmuxBK2OmKbLj3oH6gew4PI9ndJWRCEaf96jUNqnsISdx8AGZQwrMo7AhL_dqwEpTx0bkWEiwcBwabp7SjzYqQfSewP1jnnjeyxHBx5G0HXSnwObWFNKDsPrlxhlEOLr8vnTZqfH4NHlWye07p6s/w280-h400/070.jpg)
Todo comienza cuando al psicólogo Martin Mondragón (Leonardo Sbaraglia), tras la muerte de su abuelo, se le presenta un señor de nombre José Sagasti (Lito Cruz), reclamando el pago de una vieja deuda que su abuelo no pudo –no quiso– cumplir. Aquí Martin se entera que es “el garante” de su abuelo por ser el primer descendiente varón aún en vida.
Nada de esto sería un problema, sino fuera que el pago de esa deuda implica entregar la propia alma al Diablo.
Martin no cree a una sola palabra dicha por Sagasti, pero para no ser maleducado, lo envía de un colega psiquiatra. Sagasti va, y en una demostración de sus “poderes”, hace que este colega se suicide... prometiéndole a Martin un infierno en vida si no cumple con lo pactado con su abuelo.
En ocho episodios se desarrollará esta historia, donde todo girará alrededor de los conflictos emocionales de los protagonistas. Apunta también, a una reflexión ética, filosófica y, porqué no, de fe.
Una miniserie que aquí en Europa seguramente pocos o nadie conoce, pero creo que a pesar de los años vale la pena rescatar y mirar... destacando sin dudas la excelente labor del recordado Lito Cruz.