"(...)
Todo truco de magia tiene tres partes o actos:
La primera parte se llama 'la promesa', el mago nos muestra algo común... El segundo acto se llama 'la transformación', el mago toma el objeto común y lo convierte en algo extraordinario...
Pero aún no se aplaude, porque no es suficiente hacer desaparecer algo; hay que aparecerlo nuevamente. Ahora uno busca el secreto, pero no lo encuentra porque, claro está, en realidad no está mirando. Uno no quiere saberlo realmente... Uno quiere que lo engañen.
(...)"
("The prestige" de Christopher Nolan)
Me queda pensando... ¿en cuántos aspectos de nuestra vida será así? ...tenemos la "verdad" delante de nuestros ojos y, sistemáticamente, nos negamos a verla.
"No, pero él me quiere, es sólo que lo puse nervioso...""No me escribe porque está muy ocupada...""Me dijo que en su casa está todo mal... pobrecito...""Ahora porque ella es joven, en cuanto madure seguro cambia...""Hice todo lo que pude, son los demás que deberían aceptarlo, yo ya lo superé..."
Y así podría seguir hasta el infinito... y es que en el fondo, no queremos descubrir el truco, porque la verdad, la realidad -cualquiera que ésta sea-, jode y mucho.
Una película que tal vez no sea "la película", pero al menos te hace pasar un momento entretenido y disfrutando de la belleza de Scarlett Johasson, el saber hacer de Christian Bale y el carisma de Hugh Jackman.