viernes, 17 de septiembre de 2021

Leyendo

Podría empezar  pidiendo disculpas por estos más de dos meses de ausencia, pero entonces comenzaría a escribir con hipocresía, algo que nunca, en los largos doce años de blogs que llevo, he hecho; primero porque no es mi naturaleza y segundo porque me parecería faltarte el respeto.

Ni siquiera podría considerar ésta una "vuelta"; porque no sé si seguiré haciéndolo, escribir aquí o allá, o si tendré ánimos de leerlos y comentarles. Y por esta razón fue que dudé muchísimo en sentarme y escribir hoy, es la pura verdad... porque parece fuera uno de los siete pecados capitales escribir y publicar en el propio blog pero no ir a leer y comentar -sobre todo eso, comentar-, los blogs "amigos". Muchos prefieren esas formalidades de compromiso: "Hermoso! ...me encantó lo que escribiste, me llegó.", así hayas leído cinco de las mil trescientas cincuenta palabras que tenía el texto y esté hablando de la muerte del canario. Yo no soy así, no me sale y no quiero aprender... menos ahora.

Pero tengo ganas de hacerlo. Tengo ganas de escribir y contar esto, a alguien, no importa a quién, será para quien quiera leerlo. Y de verdad, juro por lo más sagrado que tengo, no me interesa que comentes. Sí, a vos te digo, a vos que estás leyendo, no me importa si no querés comentar o no podés porque estás con el móvil, o viajando o en el mismo trabajo, o donde sea. De verdad que no. Si algo de lo que lees acá, antes o después de esta entrada, te sirve, te hace bien, hace que conozcas algo nuevo... yo me doy por hecha. Estoy convencida que la buena energía fluye y tarde o temprano, llega. Por eso, acá va lo que quería contarte.

En los últimos meses me he vuelto a refugiar en la lectura. Cuando no trabajaba o no estaba ocupada con otras cuestiones, me sumergía en los libros. Muchos dirán: "...Alma, eso no es novedad...", pero es que no hacía otra cosa. No tenía ánimo para más nada. Y entonces un día, apareció un amigo de la casa y me dijo: "¿viste que uno de los últimos libros que recomendás también lo menciona Hernán Casciari en su canal de YouTube?" ...y yo, que soy más curiosa que un gato, me fui derechita al link, porque no tenía ni idea de quién me estaban hablando. Y por Diosssssssssss... lo que me estaba perdiendo!!!

De repente me encontré en una librería con un cheque en blanco. Y como buena porteña, extremista y pasional, ¿qué hice? ...en un sólo fin de semana me ví todos sus videos de "Cuentos a la medianoche" y la primera temporada de "Zoom de libros" (advertencia: esta última playlist produce adicción, yo sé lo que te digo, después no digas que no te avisé.), obviamente, busqué cuanto libro de él podía conseguir para ya, para el día anterior... y empecé a leer.
Lo que me he reído no tiene nombre. Lo que me he emocionado con algunos relatos es indescriptible, tal vez porque viviendo en el exterior desde hace más de diecisiete años algunos 'detalles' son muy, pero muy míos también. Lo que he llorado con algunos fragmentos... ufff si lo pienso, vuelve esa sensación de experiencia cercana.




Obviamente empecé con "Más respeto que soy tu madre" (ya -casi- todos conocen mi obsesión por leer en el orden que fueron publicados los libros...). Seguí con "España decí alpiste" y mis carcajadas, porque te aclaro que no podían considerarse "risas" con esos decíbeles, fueron tremendas. Después fue el turno de "El pibe que arruinaba las fotos" y automáticamente vinieron a mi memoria esas fotos grupales del colegio que siempre traté de destruir o ignorar. "El nuevo paraíso de los tontos", que sinceramente es el que menos me gustó, pero creo fue porque ya había escuchado casi todos los cuentos. "Charlas con mi hemisferio derecho", en el cual me reconocí en más de una ocasión y sonreí. "Messi es un perro" que por momentos quería ponerme de pie y aplaudir a este hombre que ya me parecía conocer desde siempre. Y terminé el sábado pasado con "El mejor infarto de mi vida" y te aseguro que más de un relato lo releí en voz alta para mi hija... necesitaba compartirlo con alguien. Sí era una necesidad, no sabría clasificarlo de otra manera. Y me emocioné... mucho. Me faltan otros, los últimos, lo sé, y las revistas que también quiero leer, pero todo eso decidí los quiero en físico, por lo cual cuando viaje para allá (espero sea pronto), me compraré todo... absolutamente todo.

Tal vez sea por el momento y las circunstancias personales, pero en todos estos días no me he cansado de repetir: "¿Conocés a Hernán Casciari? ...tenés que leerlo, escucharlo, ver los videos con su hija Nina (otra maravilla... de grande quiero ser como ella!), todo... se pasa, el tipo se pasa!". Y es eso mismo que te digo a vos que estás leyendo, andá a los links que te dejé por toda la página; si estás en Buenos Aires, andá a su librería/editorial; escuchalo en la radio, en fm Urbana, con su columna de los miércoles en el programa "Perros de la calle"; y, todavía mejor, si podés andá hasta San Antonio de Areco, que aparte de ser un lugar hermoso para conocer (mis recuerdos de infancia me llevan allí de paseo), ahora él ha organizado unas cenas con lecturas... ¡cómo extraño la variedad y oferta cultural de mi Buenos Aires querido!

      

Tal vez me dejé ganar por el entusiasmo, la nostalgia que a veces me produce lo típicamente argento y que quisiera tener a mis 'Chiri' (si leen a Casciari ya lo entenderán... repito) mucho más cerca, físicamente hablando... o simplemente el deseo de compartir con otro algo que me ha gustado mucho. Y porque tenía ganas de escribirlo y que sea hoy; porque hoy es el cumpleaños de ese amigo que me lo recomendó y, sin saberlo, me hizo uno de los mejores regalos en estos tiempos tan difíciles...

...por eso mi agradecimiento público y un muy, muy sincero deseo de todo lo mejor para vos, JLO...


...pequeño regalo, porque no puedo escuchar esta música sin acordarme de vos: